Nombre: Ramón Danilo Morales Verduga
Fecha: 2 de mayo del 2007
Curso: Séptimo Semestre de Periodismo
EL IRRESPETO A
Prácticamente esta todo consumado. Los diputados destituidos no podrán sesionar en el Congreso Nacional. Por más que quisieron ingresar al parlamento la policía se los impidió. Entre tanto el presidente Rafael Correa mantiene su posición de no ceder y persevera con la estrategia de no inmiscuirse ni opinar sobre el tema. Le valió el plan.
Todo la batalla entre el poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial es una pugna diaria, donde los medios de comunicación juegan también su papel preponderante pero mucho más la ciudadanía que manifiesta su rechazo de distintas maneras. Mientras el pueblo necesita de una estabilidad en todos los aspectos constitucionales, la ofensiva de insultos, incompetencias y desacuerdos entre los diputados destituidos, el gobierno y el Tribunal Supremo Electoral recapitula a diario el desequilibrio político bochornoso del Ecuador.
¿Que hacer al respecto? Esa es la pregunta que se hacen cada uno de los ecuatorianos que viven en el desconcierto. Este es el país de repley, donde el irrespeto constitucional es destrozado por quien se le antoje. Recordemos que tanto el Tribunal Electoral como el Congreso rompieron la constitución en sus respectivos procedimientos. Ni el primero y ni el último de los nombrados pueden destituir a ningún organismo. ¿Acaso no conocen que para ello está la Corte Suprema de Justicia, quien es el encargado de dictaminar decisiones las irregularidades de ciertos organismos del país? Parece que a los señores se les cerró la memoria de fundamentar decisiones y leyes.
Aquí salieron ganando los diputados principalizados. Algunos sin saber qué responsabilidad tocan al frente del parlamento, tienen el supuesto honor de legislar. Ojalá que la capacidad sea clara y les dure.
La falta de rasocinio y el show de los disputados destituidos ha llegado a la desfachatez nacional e internacional. Silka Sánchez, Fernando Torres, Pocho Harb, Gloria Gallardo, entre otros decidieron hace algunos días ir a Colombia para pedir asilo político. Lo que no comprenden los ex legisladores es que la gente se cansó en este país de escuchar y leer la palabra “DIPUTADOS”. Este vocablo es sinónimo para muchos de ratería, corrupción y egoísmo.
Es evidente que hemos caído al colapso institucional, todo ello por las políticas de estado, por las decisiones sin argumentos y por los errores de antiguos gobiernos. Esperemos que todo cambie. El trapicheo oportuno lo dará la gente. El gobierno deberá tomar decisiones urgentes y viables para el beneficio de todos, sino en el país la constitución será ridiculizada en cada momento…
