SE APAGÓ LA VIDA DE BRUNO BARCOS

Publicado  miércoles, 24 de noviembre de 2010




Mi abuela, que está próxima a cumplir tres años de fallecida, a más de sus mágicas enseñanzas, me dejó alguna de las reflexiones que recuerdo en los días de melancolía: “En el transcurso de la vida es normal, que un hijo debe estar ciento por ciento prevenido, cuando sus padres fallezcan. Lo complejo, es cuando un padre no está preparado, para sepultar a su hijo”. Aquello mi querida abuelita Hilda, lo palpó hace 34 años; cuando tuvo que asemejar la muerte de su primogénito de 18 años, en un accidente de tránsito. Ella jamás se repuso de ese duro golpe que le dio la vida.
Quizás por la mente del periodista deportivo, Rómulo Barcos, el fatídico sábado 20 de noviembre de 2010, quede grabado para siempre. Su inocente ángel (Bruno Bracos), fue impedido de seguir sonriéndole a la vida. Todo por culpa de la cruel delincuencia que ha machacado y que seguirá pulverizando a cada uno de los ecuatorianos; mientras los organismos competentes no endurezcan las leyes, que hasta el momento son una verdadera payasada.
“La muerte de mi hijo valió un reloj y un celular. Y los delincuentes bien gracias”. Fueron las palabras del comunicador deportivo, quien muy congojado tuvo fuerzas para dar declaraciones a la prensa, que se dio cita hasta el lugar de los acontecimientos. ¿Hasta cuándo? Es la pregunta que se hacen la mayoría de ecuatorianos que quiere vivir con seguridad y con el serio afán de seguir progresando. ¿Hasta cuándo, la policía nacional no desdobla los esfuerzos necesarios por combatir a los sinvergüenzas antisociales? Tienen que actuar con eficacia perennemente; y no en casos aislados, donde la persona pública salga ganando, a pesar de la desgracia interna que lea afecta en ese momento.
Es que no existe manera alguna de describir la magnitud del dolor que se siente tras la muerte de un ser querido y más aún cuando éste es un hijo. Se inicia así un período de mucha tristeza y que vive varias etapas que terminan por sanar el alma, pero jamás borrar la pena.
La muerte de un hijo debe ser una de las experiencias más devastadoras que los padres pueden vivir y existen muy pocas posibilidades que logre salir adelante con mucha facilidad. No he vivido aquella experiencia, pero solo de imaginarla, créame señor lector, que las luces vivenciales se apagan de un dos por tres.
"Agradezco a la sociedad ecuatoriana, a las autoridades, empezando por el señor Presidente, el ministro Jalkh, a los agentes policiales, por determinar quiénes fueron los responsables de la muerte de Bruno, mi hijo, un ser inocente que no tiene responsabilidad por la inseguridad que vive el país, pero que sí la tendrá si se dan soluciones", expresó Barcos. El comunicador pidió al presidente Rafael Correa que dialogue con el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, que limen asperezas para unir fuerzas y decir "unidos somos más". ¿Será mucho pedir?... (RMV)