Quienes hemos estado acostumbrados a ver fútbol de calidad y de emotiva simpatía, jamás podremos dejar de obviar al temible delantero español, Raúl González; quien ya es el máximo goleador en la historia del Real Madrid con 309 tantos y superó al delantero merengue por excelencia, Don Alfredo Di Stéfano.
Su instinto anotador lo lleva en la sangre desde su estreno a los 16 años en un derbi madrileño, donde a pesar de su juventud mantuvo desde el primer momento el ímpetu engranado de los grandes asesinos del área. Corría el año de 1994, cuando la responsabilidad de reemplazar a otro goleador insigne como Emilio Butragueño, era la aglomeración que tenía sobre sus hombros Raúl. Recuerdo haber leído en una nota de prensa por ese entonces, en la que se detallaba como la dirigencia del Real Madrid iba a buscar y a interceder por el jugador madridista ante las autoridades de su colegio para que le den permiso para entrenar y por ende concentrarse, cuando apenas éste era un chaval. A esas alturas ya tenía ganado un espacio dentro del grupo. Con el tiempo se evidenció todo en contundencia y logros deportivos a nivel local e internacional. (Copa del Rey, Champions League, Copa de Liga, Copa UEFA). En la selección española, también supo explotar esa memorable técnica para ser una máquina de goleo, aunque no tuvo la suerte de ganar un mundial.
Sus estadísticas muestran que lo inobjetable que ha sido en el área para los diferentes porteros: 216 goles en la Liga española de balompié, 64 en la liga de Campeones de Europa, 18 en la Copa del Rey y 7 en la Súper Copa de España; ponen en evidencia que el eterno Raúl seguirá vigente en la memoria de los innumerables hinchas del Real Madrid. Raúl unifica las cualidades goleadoras que han hecho grande al cuadro merengue en su historia. Mantiene ese espíritu de sacrificio del notable anotador, el carácter de vencedor, y sobre todo, el amor inigualable hacia su equipo blanco. Es un ejemplo vivo para los que creen que sobre el fútbol está el dinero. Este jugador español se ha instalado en la élite madridista durante catorce años. Ha dejado plagado ese sello magnífico de los grandes y eficaces buitres del área. Seguramente solo existirá un Raúl, el símbolo de los grandes en el fútbol español. La leyenda blanca del Real Madrid…
