LA INSEGURIDAD DELICTIVA: UN MAL DETESTABLE

Publicado  jueves, 20 de agosto de 2009

Es asombroso e insostenible hasta donde ha llegado la onda delictiva. Hoy en Manabí, como en el resto del país, el estar protegido es también estar amenazado. Todo aquello se refleja en los actuales riesgos que vive una sociedad malévola, que con el transcurso de los años tendrá que acostumbrarse a coexistir con el riesgo y la barbarie delincuencial bajo los brazos.

La burocracia de años anteriores y la actual, no han asegurado la protección de los civiles, a los que según las leyes (NO CONFIO EN LAS LEYES ECUATORIANAS), hay que garantizarles las libertades fundamentales y la seguridad de los bienes, en el marco de un Estado de Derecho. Todo como siempre queda impregnado en el papel sin que se efectivicen las normas. Hace varios días, en plena avenida Manabí, y a tempranas horas de la noche, me tocó observar desde un vehículo, como tres individuos subidos en una moto desvalijaban sin ninguna piedad a un ciudadano de aproximadamente 60 años. Se le llevaron billetera, zapatos, reloj, entre otras pertenencias. Ni los gritos de auxilio salvaron al señor. Más bien, por pedir ayuda, recibió algunos golpes por parte de los malandrines, quienes por suerte no lo lapidaron. Es que ya los ladrones tienen una solución en sus trabajos delictivos contra las personas: “MATAN PORQUE TIENES, O MATAN PORQUE NO TIENES”.

Habría que preguntar a las pasadas y actuales autoridades de la provincia y del país, como se dice que está bajando el auge delictivo en varias ciudades, si a cada momento los medios de comunicación dan argumento de los robos, secuestros, asesinatos, violaciones, venganzas, etc. ¿Donde está la llamada misión salvadora de los “INTOCABLES” (grupo policial) , que en el 2008, el Ministro de Gobierno de ese entonces, Fernando Bustamante dijo haber coordinado con autoridades de cada una de las provincias del Ecuador?. Algunos tratan de sobrellevar las cosas de la mejor manera y expresan que todo marcha de maravillas. Ya no es de sorprenderse que hasta los propios ladronzuelos, tienen mucha más astucia que los gendarmes, quienes piensan que con unos simples operativos se acaba todo.
La seguridad ciudadana es menor mientras la amenaza delictiva es mayor. Esta situación ha creado en el poblador una especie de sicosis; sin que exista el de las autoridades gubernamentales, que más preocupados están en el control político, dejando que el miedo crezca con tendencia al pánico. Sólo se puede neutralizar el aumento de la Inseguridad social si se le da, o no, seguridad al trabajo. Tómenlo como nota señores de la Asamblea Nacional (COPIA DEL ANTIGUO CONGRESO NACIONAL) y actuales entes provinciales, recién posesionados.
En un mundo confrontado con la incertidumbre del mañana, es difícil dar una respuesta. No obstante, sí puede precisarse respecto a la protección social y las acciones destinadas a dar seguridad a las situaciones a los esperan una sociedad de justicia y paz, tantas veces pregonadas por los algunos políticos. Otro capítulo para intentar reorganizar un país y una provincia como la manabita, que vive en el caos delictivo que ya no tiene límites, donde la delincuencia y la inseguridad ya son de todos. (RMV)