Once años de espera. La desazón
de equivocaciones y sin sabores, se convirtieron en alegría. Esa felicidad reprimida,
salió airosa de los corazones azules. Se escuchó por fin el “Y YA LO VE, Y YA LO VE, ES EL EQUIPO DE
EMELEC”. Los cánticos retumbaron el estadio George Capwell y en las
distintas aceras del país. Una semana antes, el Reales Tamarindos de
Portoviejo, fue escenario de la consecución de la tan anhelada estrella 11.
Emelec 2013, el monarca
reinante, gozó de lo más simple que puede poseer un equipo de fútbol: “La unión
y fortificación grupal”... Que si ganó o jugó mal tal o cual partido, aquello
es secundario. En el camino se mejorará. Ese es el deber de los grandes clubes.
No conformarse con lo que se consigue momentáneamente.
Obviamente no hay que
olvidarse de la columna vertebral, futbolísticamente hablando que dieron
resultados óptimos a los eléctricos. Los dirigidos por Gustavo Quinteros,
culminaron el año ganando las dos etapas. 88 puntos acumulados en los 44
partidos. 15 puntos más que Independiente José Terán, que obtuvo el vice
Campeonato y que quedó como el elenco más goleador del torneo. Emelec quedó en
tercer lugar con 67 anotaciones, por debajo de la Universidad Católica, que concretó 68 goles.
En fin, ganó el fútbol del
Guayas. La hegemonía que estuvo apoderada por casi una década por los equipos
de la sierra, quedó como estadística. Si el año anterior fue Barcelona. Este 2013
le tocó bailar a Emelec. Se lo merecen. Un equipo contundente, demoledor tanto defensiva
como ofensivamente. Un grupo consistente tanto dentro como fuera de cancha.
Certero es la gran frase: “Es difícil vencer a un grupo de amigos”...SALUD
CAMPEONES, SALUD BOMBILLO.. RMV