Lo que comenzó como una ilusión, en el inicio de eliminatorias a Rusia
2018, este último martes 5 de septiembre de 2017, concluyó en una completa desazón.
Ecuador perdió 2x1 en Quito ante Perú y
se rompen las esperanzas de llegar a la cita ecuménica. A falta de dos
fechas que culmine el proceso eliminatorio, el conjunto nacional se podría
convertir en la primera selección, que ganando sus primeros 4 juegos, queda
eliminada de un mundial de fútbol. Aunque matemáticamente existan
posibilidades, futbolísticamente creo que estamos en terapia intensiva.
Ante los incas, la tricolor,
fue un equipo sin ambición y sin dominio regular durante los 90 minutos. Jugadores
con poco orden en la marca y un
disminuído poder ofensivo. Siempre fui defensor que para las distintas
convocatorias se deben llevar a jugadores que pasen por un buen momento
deportivo. Aquella no fue la premisa de Gustavo Quinteros, quien fiel a sus
convicciones, citó a futbolistas que muchas veces, no pasaban por regularidad
en sus escuadras. Dejaba entrever que el grado de experiencia, valía más, que
el instante competitivo. Y básicamente, murió en su argumento, que nos deja con un camino espinoso y de incertidumbre deportiva.
Perú, demostró,
que con poco, también se puede hacer mucho. Los incaicos, que nunca ganaron en Quito por eliminatorias sudamericanas, desmembraron las
infantilidades defensivas ecuatorianas y la indecisión de Gustavo Quinteros, al
momento de realizar los cambios propicios. Se dejó evidenciado una vez más que
la posesión del esférico poco importa, cuando el resultado se consigue.
No sé si lo que siento es coraje o desilusión, por cómo se pierde ante
los peruanos. Sigo creyendo que somos más que ellos en el ápice individual, más
no, en el juego colectivo. Como decía el español Pep Guardiola: “Perdonaré a mis jugadores que no acierten.
Pero jamás, que no se esfuercen”. Y eso, es lo que encierra aún más, mi bravura o pesadumbre, más allá del merecido resultado de los visitantes.
Sigo insistiendo, como lo dije en algún escrito anterior. Tanto en la vida como en el fútbol, no se necesita tener un
"PH" para ser magistral o tener uso de razón. Muchas veces, "LA NECEDAD ES MUY MALA AMIGA"...
(RMV)
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