Foto: Diario El Universo
Notable año el que cerró
Emelec en este 2017. Los de Alfredo Arias, con alto poder de superioridad,
desataron todo su vigor futbolístico ante el sorprendente Delfin SC, al que vencieron
categóricamente en los dos partidos de la final ( global 6x2) .
Los azules, se alzaron con
la estrella 14 y supieron magnificar uno de los objetivos que obtuvieron en los
últimos 5 años. Cuatro destacados campeonatos, que lo encumbran como uno de los
elencos más competitivos del Ecuador.
Tanto en la vida como en el
fútbol, las casualidades no coexisten. Los méritos de las escuadras se dan por
las distintas causalidades: Poseer un gran entrenador, manejar un gran grupo de
jugadores y tener una dirigencia con conocimientos de causa. Todo aquello, contribuyó para que el conjunto
eléctrico imponga su estirpe de campeón con un juego sólido, eficaz y goleador.
Muchos dudaban del
entrenador uruguayo, Alfredo Arias, quien fiel a su estilo y defensor insigne
de sus convicciones no se dejó vencer por las críticas. Más bien, rompió los
paradigmas y demostró con hechos sobresalientes que se trata de un conocedor de
la materia futbolística. El tiempo le dio la razón y calló bocas de manera
significativa.
Si de alguien, otros tantos
deberían aprender, es de Nasib Neme. El polémico y experimentado dirigente, no
se deja influenciar ni persuadir ante el pensamiento tostado de los fanáticos
enfermizos. Tiene un alto poder de desempeño empresarial y seguimiento exhaustivo
a los distintos jugadores que desea para su equipo. Fue el responsable perfecto
de la reconstrucción del estadio George Capwell y de un importante superávit, con el paso de los años.
Sin embargo, los hinchas azules
sueñan con la tan ansiada Copa Libertadores de América. Es fácil ilusionarse
con esa idea, difícil es plasmarla. Conversaba hace varios días con Marcelo “Pepo”
Morales, figura importante de la década de los 90 en los millonarios. Fue claro
el argentino: “No es fácil ganar la Libertadores. Solo triunfa un equipo. Y
todos sabemos quiénes son los favoritos” (argentinos y brasileños), concluyó. No obstante, “soñar no cuesta nada”. En la
vida como en el fútbol, nunca se sabe. Lo imposible también se consigue… (RMV)
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