Por: Ramón Morales Verdugaemail: moralesverdugaramon@gmail.com
    Se truncó el sueño y el deliro es abrumador. La amargura es inmensa y el corazón se entristece. Cuando se llega a la realidad de que Liga de Portoviejo permanecerá  el 2008, en la serie “B” del fútbol ecuatoriano, dan ganas de llorar y la intranquilidad agobia a hinchas, dirigentes y jugadores. 
    La palabra clave de este acontecimiento es: “FRACASO”.  La  frustración y descalabro de una aspiración planificada por los  directivos, no se cumplió por muchos factores que es necesario analizarlos, para en un futuro poder llegar a la cima del éxito futbolístico que se tiene proyectado. Como dice el refrán: LOS TRAPOS SUCIOS, SE LAVAN EN CASA. La  constante para remediar los chascos del balompié manabita, está en la inmediata rectificación de errores que ocasionaron la nefasta insuficiencia deportiva. 
    Lo  trascendental es creer en procesos de divisiones menores. Manabí es una cantera inagotable de futbolistas, solo hay que enseñarles a equilibrar  la diversión, con el grado profesional que debe poseer un verdadero deportista. El presidente del elenco universitario, Freddy Navia y demás dirigentes deberán asesorarse nacional e internacionalmente para contratar refuerzos que estén con ansias de cambiar  la paupérrima historia que tiene de  tumbo en tumbo al  cuadro blanco y verde. Recuérdese: HAY QUE APROVECHAR LA MARCA DENOMINADA: “LIGA DE PORTOVIEJO”.
    La historia siempre recordará a aquellos que hicieron grande al equipo. Jugadores como Úlbio Alcívar, Gualberto Moreira, Fulton Delgado, Tito Mendoza, Joffre Guevara, César Vallejo, Samuel Polanco, Pablo Vélez, Hugo Pita y Alejandro Aguayo. Jamás olvidarán que fueron el punto de partida de la identidad del fútbol provincial, a escala nacional. Hay que recuperar la esencia y pasión que encasillan a Liga de Portoviejo como la sempiterna entre los manabitas. ¿Será posible  en el 2008?...
  
 
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