LA VERDADERA SOLIDARIDAD HUMANA

Publicado  domingo, 22 de agosto de 2010

¡Que paradójicas que tiene la vida! Unos son bendecidos en el trayecto
vivencial por el todo poderoso y no se dan cuenta. Mientras, a los que
la vida les ha pegado ásperamente, sacan impulsos desde lo más
recóndito de sus seres, para seguir con las quimeras establecidas.
Martes 20 de julio de 2010- 7h20 AM: Ese día, como los tantos otros,
caminaba al lugar de mi trabajo, que queda a tres cuadras de mi hogar.
Siempre en el recorrido, suelo ir reflexionando telepáticamente con mi
abuela, con la que a pesar de estar en el reino de los cielos,
continúo poseyendo esas conversaciones únicas de fe, esperanza y amor
infinito. Ella partió a los brazos del creador hace dos años. Pero
estoy seguro que se ha encargado de ilustrarme en todo ámbito de mi
vida; tanto en lo profesional como en lo vivencial. Recuerdo una de
sus frases: “MIJITO, JAMÁS SE OLVIDE DE LA SOLIDARIDAD. ESO NO ES UNDON, ES UNA OBLIGACIÓN DEL SER HUMANO”
Justamente ese día, cuando terminaba de recordarla, me quedé
estupefacto al observar a una pareja de ancianos - mendigos. La mujer
con las fuerzas escasas, no se le despegaba ni un instante a su ciego
esposo. Ambos se sentaban cansados de tanto caminar, en un montículo
de tierra ubicado sobre la calle Pedro Gual. El pobre hombre se tocaba
sus ojos que parpadeaban frecuentemente y al no poder ver, se
desesperaba. Su esposa un poco atemorizada al acercármeles cogió el
bastón como defensa. Enseguida le dije: “Tranquila doña, le entrego
esto (pan y leche) para que se alimenten. A los pocos segundos, se
hizo ver el fuerte agradecimiento y las lágrimas por la atención
enmendada.
Estimado lector: Medite y reflexione por unos minutos. ¿Le gustaría
que su padre, madre, abuelos, o cualquier persona de su familia, pasen
necesidades como el ejemplo anteriormente mencionado? Todas las
personas que habitamos en un país, ciudad o familia, forman una
comunidad; y de ellas se forma la sociedad. Todos dependemos de otros
para poder realizar las tareas que nos beneficien, a esto se le llama
el bien común. De esto, las diferentes autoridades, especialmente
políticas, que se jactan hablando de ayuda social; deberían orientarse
a proyectar la verdadera solidaridad humana. De lo contrario sus
promesas y palabras, serán pura farfolla.
La Solidaridad debe desarrollarse en el contexto de la persona humana.
Esto es en la parte material y en la parte espiritual, unidad del ser:
cuerpo y alma.
"La verdadera Solidaridad se ejercita atendiendo ambas partes, se
atiende a las necesidades físicas y después a las morales"- Madre
Teresa de Calcuta (RMV)

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