OPINIÓN PUBLICADA EN EL DIARIO MANABITA EL DOMINGO 30 DE MAYO 2021
La disciplina es tan importante en la vida como en el
deporte. Con ello, no solo se alcanza el éxito sino, la respetabilidad en el
ámbito profesional. Es decir, conllevas el enorme privilegio de ser un ejemplo
para la sociedad. Para jóvenes y experimentados cuenta siempre aquello.
Hace varios días conocíamos otra historia del
seleccionado ecuatoriano, Robert Arboleda. Esta vez, en plena pandemia que vive
Brasil, fue apresado en una fiesta clandestina donde se encontraban más de 100
personas. El central de la selección nacional pidió disculpas públicas en su
cuenta de Instagram. Muchos se preguntan si aquel acto puede repercutir en la
convocatoria a la selección ecuatoriana para las eliminatorias sudamericanas.
La respuesta la tendrá el seleccionador, Gustavo
Alfaro. Es evidente, que estos actos molestan a cualquiera que bajo su accionar
ha sido elemental el tema disciplinario dentro y fueras de las canchas. De seguro,
el argentino lavará los trapos sucios dentro de casa.
Hay que entender que los jugadores o deportistas en
general, son seres humanos. Necesitan distraerse, desestresarse y salir de la
rutina, al igual que muchos de nosotros. Pero, al ser personales públicos,
deben ser muy pero muy inteligentes en lo que hacen fuera de sus domicilios. Lo
realizado por Arboleda fue una irresponsabilidad notable. No es la primera vez
que lo hace. No somos nadie para juzgarlo, pero sí para decirle que estuvo mal
y, a muchos, nos terminan decepcionando esos episodios reiterativos en el convivir
deportivo.
No
es bueno que, a muchos, les valga un “PEPINO”
el país, sus compañeros y, toda la representación que tienen a nivel
internacional. Dar chance a historias mediáticas negativas, nunca será lo
óptimo...RMV